Quiero admitir que al principio al enterarme donde y cuando empezaba mis prácticas me sentí muy ansiosa y con muchas expectativas, de cómo iba a ser todo, incluso la noche anterior me costó dormir de la ansiedad.
El primer dia al llegar al jardín sentí muchas emociones juntas por estar haciendo lo que me gusta y de tener un espacio más cercano con los niños y con nuevas experiencias que iban a ser llevadas a cabo en la institución. También sentí mucho miedo por pensar como iba a ser la maestra, como nos iban a recibir los niños cómo se iba a ir dando todo dentro de la sala.
Luego fueron pasando los días y ya me sentía más tranquila, más suelta con menos miedo y con muchas más ganas de jugar con ellos e ir aprendiendo juntos. La maestra nos brindó mucha seguridad y nos ayudo muchisimo en todo lo que necesitamos.
En el transcurso de las semanas fui pasando por varios estados como ponerme muy feliz al ver que los niños se divertían mucho al hacer nuestras actividades con nosotras y incertidumbres muchas veces al no saber que hacer, pero así y todo pude superar mis miedos e inseguridades y salir adelante.
Fue una experiencia hermosa me siento muy agradecida de poder haber concluido mis prácticas y espero poder seguir haciéndolo y enfrentar todos los obstáculos.
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